Las rosas y los humanos comparten una conexión especial. Para la gente alrededor del mundo, la flor del rosal simboliza el amor, la compasión y la belleza. Se cree según algunos reportes que existe desde hace más de 35 millones de años. Esta planta ancestral ha florecido como una flor de renombre y reverencia. Los reyes de Inglaterra hicieron de la rosa su emblema real en el siglo XIII . La cama de Cleopatra se cubría diariamente con rosas frescas. Incluso se dice que en el siglo XVII se utilizaba la rosa como moneda legal.
En cualquier punto de la historia, aquellos que han plantado, regado, recogido y nutrido una rosa saben de su belleza salvaje en su más natural esplendor. Hoy la experiencia puede ser tuya, ya sea aspirando la fresca esencia de sus pétalos o sintiendo el suave toque de una crema de rosa silvestre en tu piel.
La virtud de la Rosa Mosqueta
La Rosa Mosqueta es una planta salvaje de origen oriental, conocida en Europa desde hace muchos siglos. No fue valorada ni por su flor ni por su fruto, sino por sus espinas: era utilizada para formar una valla natural contra los intrusos.
Con esta función fue llevada a Chile por los conquistadores españoles, donde encontró las condiciones climáticas ideales. Desde el s. XIX la Rosa Mosqueta ocupa grandes extensiones, desde la costa hasta la región de los Andes, a 2200 m. sobre el nivel del mar, proliferando en las regiones de sol y viento.
En los años 50 se descubrió el alto contenido de vitamina C en el fruto de esta planta, llamado escaramujo (hasta 50 veces más que el limón) y décadas más tarde se encontró vitamina A, E, B1 y B2 con excepcionales propiedades regenerativas y cicatrizantes.
Mientras que de sus semillas se extrae el aceite. El cual posee excelentes cualidades regenerativas debido a su altísimo contenido en Ácidos Grasos Esenciales.
Los ácidos grasos son nutrientes esenciales que activan la regeneración de los tejidos y de las membranas celulares. , por eso es importante aportarlos al organismo, a través de la alimentación o aplicados por vía tópica, ya que se absorben muy bien en la epidermis.
Este ingrediente, es clave en los productos faciales de Rosa Mosqueta de la marca Weleda.
Hechos a base de este aceite que contiene vitaminas A, E y betacarotenos, de efecto antioxidante (es decir, que actúa contra los radicales libres), así como ácidos grasos esenciales: ácido linoléico y alfalinoléico.
Las cremas faciales contienen también extractos de plantas como Mirra, Sedum Purpureum y Cola de Caballo, que estimulan la renovación celular natural, logrando una combinación original y efectiva en cada una de sus fórmulas. La eficacia de esta línea está probada clínicamente, por el instituto alemán Derma Consult, especializado en estudios dermatológicos.
La línea facial de Rosa Mosqueta de Weleda ofrece un tratamiento integral para cuidar el cutis exigente. Ayuda a revitalizar y regenerar la piel, al tiempo que la envuelve en un delicado perfume armonizante.
Al igual que todos los productos Weleda, los de Rosa Mosqueta están elaborados sin conservantes, colorantes, ni perfumes sintéticos. No contienen aceites minerales, sólo aceites vegetales, mucho más afines a la piel.
Programa de cuidados diarios
Es necesario dedicar un tiempo diario al cuidado de nuestro rostro.
Unos cuantos pasos pueden lograr grandes avances, teniendo constancia y eligiendo los productos adecuados para cada tendencia de piel.
Mientras más joven sea la piel, normalmente va a necesitar más hidratación (crema hidratante), y con el paso de los años tenderá a producir menos grasa. A partir de entonces, o cuando las condiciones climáticas resecan la piel, se necesitará un cuidado adicional más nutritivo (crema de día).
Unos minutos serán suficientes para observar la piel, para limpiarla, hidratarla y nutrirla. Y sobre todo, para darnos un respiro y tomar conciencia de nuestro organismo. Utilizada regularmente, esta línea de Rosa Mosqueta preserva la belleza
natural de la piel y ayuda a evitar la pérdida de vitalidad. Deja la piel tersa y con una sensación de confortable suavidad.
1. Por la mañana:
Limpieza- purificación:
Este gesto es fundamental en cualquier tratamiento y para cualquier tendencia de piel. Se aplica la Leche limpiadora de Rosa Mosqueta que elimina las impurezas y el maquillaje suavemente, sin resecar la piel. Contiene un extracto de Malva de cultivo bio-dinámico, con propiedades calmantes.
Después se optimiza la acción de esta Leche limpiadora con la aplicación de la Loción tónica de Rosa Mosqueta, que clarifica el cutis aportándole vitalidad. Un extracto de hojas verdes de Rosa Mosqueta refresca la piel, por su ligero efecto astringente y la prepara para el cuidado intensivo de las cremas de esta línea.
Hidratación o nutrición:
Para las pieles normales o de tendencia grasa, lo adecuado es utilizar la Crema hidratante de Rosa Mosqueta (antes Crema de Rosa Mosqueta). Sus aceites de Rosa Mosqueta y Jojoba desempeñan una función protectora contra la sequedad, estimulando de forma duradera la fijación de agua en la piel.
Las epidermis con una tendencia más seca, necesitarán un nivel de nutrición más alto, proporcionado de manera ideal por la Crema de día de Rosa Mosqueta. Su fórmula, a base de aceites de Rosa Mosqueta, de semilla de Melocotón y de
Almendra dulce, mantiene el equilibrio de la piel y refuerza la capa hidrolipídica. Tiene un efecto reafirmante.
C O N S E J O
Un ligero masaje efectuado con las yemas de los dedos, durante la aplicación de la crema, mejora la absorción del producto y por consiguiente la acción de sus ingredientes. Además tiene un ligero efecto tonificante
2. Por la noche:
Repetir la limpieza – purificación y a continuación aplicar la Crema de noche de Rosa Mosqueta. La combinación de los aceites de Rosa Mosqueta y Onagra favorece la auto-regeneración nocturna de la capa hidrolipídica, por su alto contenido en ácidos grasos esenciales. Repone la energía y elasticidad durante el sueño, ayudando a la piel a recuperar su capacidad de autodefensa.
C O N S E J O
Para lograr un mayor efecto relajante por la noche, tras la aplicación de la Crema de noche de Rosa Mosqueta, envuelva la cara con una toalla húmeda y caliente. Con la acción del calor, los benéficos ingredientes de esta crema se absorben más fácilmente
